El retiro del Banco Nación de la asociación de bancos públicos marca un nuevo paso hacia su transformación en sociedad anónima y eventual venta parcial al capital privado.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con la periodista Eugenia Muzio, quien comentó que, “la salida del Banco Nación de Abapra fue sorpresiva, pero muy política”. La desvinculación de la entidad que agrupa a bancos públicos, municipales y provinciales generó tensiones internas. “Hubo enojo de los bancos chicos, que se sintieron perjudicados por decisiones del Nación como cerrar sucursales en municipios con suba de tasas”, explicó.
Además, reveló un dato clave: “Daniel Tillard, presidente del Banco Nación, dijo ‘yo me voy solo, tengo la espalda para hacerlo”.
Un paso más hacia la privatización
Muzio dejó en claro que la movida no es aislada: “La salida de Abapra es parte del plan del gobierno para limpiar todo matiz público del Banco Nación”. Este proceso, que comenzó con el intento de incluirlo en la Ley Bases como empresa privatizable, continúa con su transformación en sociedad anónima.
“Lo que el gobierno quiere es que el día que el Banco Nación salga a cotizar en Wall Street, no tenga el mismo riesgo que tiene hoy YPF por su composición estatal”, explicó.
El FMI y las condiciones del acuerdo
“El Fondo Monetario Internacional pidió como condición que se avance en la privatización de empresas públicas”, afirmó Muzio.
Aunque el Banco Nación quedó afuera de la Ley Bases, el gobierno avanza por otras vías. “La intención es vender parte del capital para incorporar inversores privados y reducir la participación estatal”, añadió.
Este objetivo forma parte de las prior actions requeridas por el FMI para sostener el acuerdo de deuda y los desembolsos pactados.
Un cambio de lógica: eficiencia por encima de lo social
Según Muzio, se trata de un cambio profundo en la concepción del rol del Estado: “Es una lógica empresarial: que salga a cotizar, que genere ganancia. Pero ¿ganancia para quién?”, se preguntó.
El riesgo, advirtió, es que se pierda el rol del Banco Nación como motor productivo. “Es el banco más importante en términos de créditos para pymes, el campo y el consumo”, recordó.
Clientes, control y un futuro incierto
La privatización no solo implica un cambio de dueño, sino también un cambio de lógica en el vínculo con sus millones de clientes: “Desde empleados públicos que cobran su sueldo, hasta grandes empresas que depositan y se financian con el Banco Nación”, puntualizó.
Y concluyó con una advertencia: “Es un proceso largo, porque aún tiene una cautelar encima, pero cada movimiento, como esta salida de Abapra, es parte del mismo camino”.