Cada año unas ocho mil personas en Argentina -el número es un cálculo aproximado- deben someterse a una cirugía de rodilla para poder recuperarse de una patología común y muy dolorosa: la artrosis avanzada.
¿Cuál es la causa de este padecimiento? Con el paso del tiempo, el cartílago de las articulaciones se va desgastando a tal punto que, por ejemplo, apenas caminar ya le causa a la persona muchísimo dolor. Eso, claro, dificulta severamente la movilidad de estos pacientes.
Cuando la patología avanza y la persona ya siente muy reducida su capacidad de movimiento, la opción médica usual es implantar una prótesis de rodilla.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Opciones disponibles
“En estas situaciones”, le dijo a PERFIL Lisandro Carbó, cirujano especializado en ortopedia y traumatología de rodilla y profesional del Hospital Italiano de Buenos Aires, “cuando el cartílago está desgastado y ya genera mucho dolor y dificultad para moverse, los médicos podemos ofrecer a estos pacientes dos caminos de tratamiento: en general, la opción principal es la posibilidad de hacer implante quirúrgico para reemplazar la articulación gastada».
En un puñado de casos, aparece la opción de los tratamientos biológicos aunque estos están -todavía-en desarrollo y solo aplican a un puñado de casos.
Historia del tratamiento de la artrosis
¿Cómo llegan los pacientes a esta situación de artrosis avanzadas y dolorosas? La mayor parte de las veces, sólo por la acumulación de décadas. Pero hay casos en los que esta situación se acelera y la artrosis, su dolor y sus molestias llegan durante la quinta década de vida. Esto puede ocurrir, por ejemplo, cuando se hicieron tratamientos de meniscos con técnicas quirúrgicas antiguas.
Según contó Carbó, para estos implantes se utilizan prótesis fabricadas en aleaciones metálicas (titanio y cromocobalto). Estas tenían, hasta hace unos años, una vida “útil” de entre tres y cuatro lustros. Luego les sobrevenía un fuerte desgaste mecánico que volvía al paciente a la situación anterior a la operación.
Una nueva prótesis para la rodilla
“Lo bueno”, explica con entusiasmo este experto, “es que ahora hay muchísimas novedades en materia de diseño y de materiales y estos implantes recibieron una renovada y más larga vida útil”.
En otras palabras, estos nuevos implantes tendrán una duración estimada todavía mayor, abriendo paso a que ya no necesiten ser reemplazados por uno nuevo, pese al paso de los años. Esto, lógicamente, mejora la calidad de vida del paciente en el largo plazo y hasta reduce los futuros costos para el sistema de salud.
Una de las innovaciones más recientes, y que alarga su duración, es la forma de colocarlos y fijarlos. Los expertos destacan la reciente disponibilidad de la primera prótesis de rodilla “no cementada”.
“Usualmente para estos implantes se usaba un cemento quirúrgico. Pero los nuevos diseños de prótesis permiten reemplazar ese pegamento. En su lugar se emplea un nuevo tipo de material que facilita y estimula el crecimiento de nuevo tejido óseo. En definitiva, la nueva prótesis se “fija” ya no con cemento, sino por el propio crecimiento (en un plazo de unas seis semanas) de nuevo hueso que integra las partes del tejido óseo natural con el implante.
Esta tecnología biomécanica ya era utilizada en las prótesis de cadera, pero la novedad es que ahora se desarrolló un producto equivalente para las articulaciones de rodillas.Estos implantes tienen, además, un tratamiento hipoalergénico que contribuye a disminuir el riesgo de infecciones y rechazo.
Finalmente, el experto aclaró que “con estas nuevas opciones tecnológicas e innovaciones en los materiales y en el diseño, la mayor parte de los pacientes que deben operarse pueden tener la expectativa de que estos implantes los acompañen por toda la vida”.