El economista Martín Simonetta explicó a Canal E que las implicancias de la calificación “stand-alone” que mantiene aislada a Argentina de los mercados financieros internacionales. “Argentina está escrachada en esta lista”, afirmó el entrevistado, haciendo alusión a la categoría “stand-alone” en la que el MSCI (Morgan Stanley Capital International) ubica actualmente al país. Esta calificación implica que Argentina está fuera de los radares de los grandes inversores, similar a países como Zimbabwe o Líbano.
“Es como estar en una lista negra: nadie le presta a este país”, agregó el economista, destacando el fuerte aislamiento financiero. En este escenario, el país busca una mejora en su calificación para acceder a financiamiento más barato y amplio.
Los cuatro niveles de MSCI y el techo de cristal
Simonetta explicó que el índice MSCI clasifica a los países en cuatro niveles: stand-alone, mercado de frontera, emergente y desarrollado. Argentina aspira a pasar al segundo nivel.
“Si llegáramos a mercado emergente sería una gran cosa en términos de la percepción de riesgo y la tasa de interés”, sostuvo. El paso a “mercado de frontera”, incluso sin llegar a “emergente”, abriría la puerta a una mayor inversión extranjera, hoy bloqueada por limitaciones normativas y de percepción.
El experto advirtió sobre la confusión en torno al 24 de junio, cuando algunos medios indicaron una posible recategorización: “Sería muy extraño una recategorización directa del MSCI”, afirmó, aclarando que esa fecha solo podría incluir a Argentina en una lista de observación, no en una reclasificación inmediata.
“Hoy dependemos de líneas de crédito como la del FMI, que es política”, explicó. El camino hacia un mercado de deuda sostenible incluye salir del financiamiento en pesos para acceder a deuda en moneda internacional. Pero ese camino, advirtió, “constituye una enorme piedra en el zapato”.
La herencia de la deuda y el desafío de pagar
Para ilustrar la complejidad, Simonetta recurrió a una metáfora: “Es como una persona que tuvo una situación personal compleja y quedó endeudada. Aunque consiga un buen empleo, sigue teniendo que pagar la deuda previa”.
La Argentina, dijo, enfrenta el peso de la deuda heredada por sucesivos gobiernos, lo que condiciona cualquier mejora futura. Incluso con un mejor panorama económico, el país debe demostrar capacidad de pago constante, estabilidad institucional y previsibilidad política.
Calificación de deuda vs. percepción política
El economista también abordó la diferencia entre la calificación de MSCI y la que otorgan las agencias como Fitch o S&P. En este último caso, se analizan variables como el cepo cambiario y la estabilidad política.
“Desde el punto de vista del financiamiento de la deuda, hay que buscar un escenario con un horizonte más despejado”, afirmó. En ese sentido, advirtió que mantener una estrategia política de polarización con el kirchnerismo puede ser funcional electoralmente, pero genera incertidumbre para los inversores.
Una mirada hacia el futuro
De cara a los próximos meses, se abre la posibilidad de que el MSCI incluya a Argentina en la lista de revisión para su eventual salida de la categoría “stand-alone”. Aunque el camino es largo, este primer paso sería fundamental para recuperar credibilidad internacional.
“Todo gobierno que asume tiene que tratar con la deuda heredada”, concluyó Simonetta, marcando el desafío estructural que enfrenta la Argentina más allá de cualquier cambio coyuntural en las calificaciones.