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Sin extranjeros, las bodegas mendocinas se reconvierten: «La gente dejó de salir a comer»

La postal de restaurantes de bodegas repletos, entre viñedos y paisajes cordilleranos sorprendentes, quedó en el pasado. En el último año, a pesar de la fama mundial que significó alcanzar seis estrellas Michelin en Mendoza, la cantidad de comensales cayó en picada.

El principal factor parece ser la baja del turismo extranjero que visitaba bodegas, en torno del 30%. «A una pareja que viene de Brasil o de Perú le cuesta al menos 3.000 dólares una escapada de cuatro días, que incluya comidas en las bodegas y alojamiento», describe Vivian Távara, asesora de enoturismo premium y creadora del Wine pass.

También bajó considerablemente la llegada de argentinos al enoturismo. Entre un 30 y 45% menos de clientes promedio en el último año, en comparación con 2023, según el relevamiento de Clarín con distintos operadores de la gastronomía ligada al vino.

En Argentina hay 486 bodegas dedicadas al enoturismo, de acuerdo a los datos del Observatorio Vitivinícola. En Mendoza, son 232 bodegas con gastronomía y actividades para el turismo.

Claudia Yanzón –propietaria de Bus Vitivinícola, que traslada a los turistas a las bodegas– explica que el enoturismo extranjero experimentó un periodo de crecimiento hasta finales de 2023, para luego iniciar una caída sostenida que persiste hasta ahora. «De enero a mayo de 2025, hubo un 37% menos de visitantes que de agosto a diciembre de 2024. Y de enero a mayo de 2025 tuvo un 60% menos de visitantes que de agosto a diciembre de 2023», asegura Yanzón.

Los encargados de restaurantes de alta gastronomía en Mendoza pasaron de de la preocupación que reinó en los primeros meses del año a la acción con promociones de descuentos de 25% para argentinos, menús de menos pasos y platos más accesibles y reducción de los días de apertura.

El Bus Vitivinícola, que traslada turistas a las bodegas.

Algunos alojamientos del vino ofrecen promociones combinadas para atraer a visitantes. Es el caso del resort Chozos, en alto Agrelo, que lanzó «Mendoza entre copas y viñedos», durante julio y agosto, con una noche de alojamiento, más un almuerzo o cena en el restaurante Zonda de bodega Lagarde (ganador de estrella Michelin) por 558 dólares para dos personas (un descuento del 15% si la experiencia se quiere contratar por separado).

«En restaurantes del enoturismo, de marzo a junio, han caído la ventas, entre un 20 y 25%. Las bodegas están haciendo lo imposible para mantener sus espacios abiertos, con eventos de pop up (experiencias donde participan varios chefs) y promociones para clientes locales», dice Gustavo Schiavi, de La Linqueñita, reconocido en 2023 como el mejor productor de quesos del país.

El enoturismo en Mendoza, provincia con 6 estrellas Michelin.

Una ejemplo de pop up es la acción de dos de los restaurantes top del turismo del vino con estrella Michelín: Angélica Cocina Maestra (de Catena Zapata) y Casa Vigil (de El Enemigo) promueven dos encuentros durante junio con un valor de $ 80.000 (67 dólares), cuando en sus restaurantes el menú con vinos cuesta entre 150 y 300 dólares.

«La gente dejó de salir a comer», es la conclusión a la que llega uno de los principales dueños de restaurantes del enoturismo. Y es habitual ver promociones a precios de bodegón. Por ejemplo, la Cabrera Mendoza ofrece un menú de mediodía por $ 24.500, dos pasos, incluida bebidas, para residentes argentinos. Y bodega Antigal, en Maipú, lanzó el menú Entre Olivos, un picnic gourmet entre viñedos, olivos y la cordillera de fondo con una botella de vino por $ 47.000 por persona.

«No hay que quedarse quieto», dice Schiavi, y elogia la actitud de la chef Patricia Courtois, que ha creado un maridaje de vinos y quesos madurados en vasijas de barro en 5 Suelos, el restaurante de Durigutti (recomendado por la guía), como un diferencial para los que buscan nuevas experiencias enoturísticas.

Bodegas gratuitas

Por la baja del turismo, la entidad Bodegas de Argentina volvió con su programa Bodegas Abiertas, para que los mendocinos puedan entrar sin pagar una entrada.

Durante junio, se los recibe en bodegas con una copa de vino para que conozcan los viñedos, las cavas, los restaurantes, la arquitectura de cada bodega y disfrutar de las experiencias de cada una.

Walter Bressia, presidente de la entidad, dijo que están «muy entusiasmados en que las bodegas podamos realizar este tipo de acciones, acercando a los mendocinos para que conozcan y disfruten de las actividades que se realizan». Los beneficios especiales pueden consultarse a través de la web www.caminosdelvino.org.ar y en los sitios de cada bodega.

El restaurante de la bodega Dante Robino, del grupo de Cervecería y Maltería Quilmes, transita esa reconversión para atraer al público nacional. «Abrimos de jueves a domingo y tenemos un menú a la carta con platos que van desde los $ 9.000 en adelante y la opción de vino por copa de $ 5.000 a $ 8.000, además incluimos una recorrida guiada a la bodega de manera gratuita», explica la sommelier, Lilen Badilla.

Según datos del INDEC, en el primer trimestre del 2025 bajó 9,9% la cantidad de turistas extranjeros que ingresaron vía aérea a Mendoza. El gasto diario promedio se ubicó en 129 dólares, y los visitantes brasileños tuvieron el más alto por día: un promedio de 186 dólares.

Mendoza concentra casi la mitad de las bodegas con enoturismo del país. Foto Gentileza Fondo Vitivinícola Mendoza

En bodega Renacer, que acaba de ser adquirida por el grupo brasileño Madio, admiten el impacto que causó la baja del turismo internacional y ofrecen un menú de tres pasos más accesible, $ 65.000 por persona, con un descuento del 25% para argentinos. «Hemos notado la caída del turismo de Brasil en torno al 30% en nuestra área de Turismo y Restaurante. Estamos apostando a nuevas propuestas para la familia, como cabalgatas, yoga y avistaje de aves«, comenta María Marta Guisasola, gerente de Marketing y Comunicación.

El enoturismo ha sido la gran estrella del turismo argentino en la última década. El informe del Observatorio Turístico de la Corporación Vitivinícola compara el primer relevamiento realizado en 2013, cuando se identificaron 199 bodegas abiertas a visitantes en nueve provincias y destaca el crecimiento a 2025, con 144% más de opciones para visitar ahora en 17 provincias argentinas.

En la oferta disponible, Mendoza tiene casi la mitad: 232 bodegas abiertas al turismo (47,7% del total). Le siguen Córdoba con 49 establecimientos (10%), San Juan con 35 (7%) y Salta en cuarto lugar con 32 establecimientos (6,6%). Se destacan también Chubut con 24 bodegas y Jujuy con 16 como zonas extremas de la Argentina. Y Buenos Aires con 14 establecimientos y Entre Ríos con 9 como provincias no tradicionales para el vino y el turismo.

AS

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