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Hasta el socialismo siempre Nora Ferreyra!

Nora Ferreyra nació a la vida política cuando los estudiantes y obreros «tomaron en sus manos el gobierno de sus destinos» abriendo un periodo revolucionario obrero y popular en el país y en el mundo. Decimos porque fue hija del Cordobazo de 1969 y el Viborazo de 1971 que hirieron de muerte la dictadura de Onganía y Levington consecutivamente, que años antes, con el cierre de ingenios, que generó enorme desocupación, desarraigo y migración interna, liberación de cupos a la producción azucarera, en beneficio de monopolios como Ledesma y Tabacal, y la noche de los bastones largos contra el movimiento estudiantil, parecía invencible. Con el optimismo de la voluntad por delante, como muchos de los militantes obreros y estudiantiles de su generación, participó activamente siendo estudiante secundaria de los levantamientos obreros y estudiantiles que tuvieron lugar en Córdoba y militó políticamente en las agrupaciones juveniles del PRT-ERP hasta que llego el golpe burgués genocida de 1976, régimen que ella siempre caracterizo como «dictadura cívica, militar y eclesiástica» promotora de un «terrorismo de estado» que «tuvo responsabilidad no solo militar sino también empresaria e injerencia del imperialismo norteamericano», cuestión que compartimos, pese a no coincidir en la estrategia de su partido.

Sufrió el desarraigo pasando al exilió, como muchos de sus compañeros. Logró refugio en Paraguay y Uruguay, pero esto no la libró del ataque reaccionario regional que significó el Plan Cóndor. El cual también denunció como plan continental de exterminio de la vanguardia obrera y popular impulsado por dictaduras latinoamericanas y el imperialismo yanqui. En el exilió tuvo a su hijo Sebastián y a mediados de la década de los 80’ a su hijo menor Gonzalo. Sebastian Ferreyra estudio en derecho en Cuba, egresó y regresó a Jujuy.

Luego de la derrota de Guerra de Malvinas, con el llamado a elecciones y el advenimiento de la democracia de la derrota capitaneada por el régimen bipartidista de la UCR y el PJ, volvió a Argentina y se estableció en Jujuy, desde donde luchó contra la impunidad de ayer y de hoy, sostenido en Jujuy por el régimen bipartidista peronista radical. Fue impulsora tanto de la reconstrucción de la memoria histórica de la militancia obrera y popular de los 60’ y 70’ recabando testimonios de detenidos y desaparecidos de la región, como también impulsando la batalla por los juicios a los genocidas tanto militares como civiles. No tuvo prurito en señalar, junto a los ex detenidos de Ledesma, a Carlos Pedro Blaquier, ex presidente del directorio de Ledesma SAAI, y Alberto Lemos,ex administrador del ingenio, como responsables civiles de los Apagones del Terror de 1976 en Libertador, Calilegua y El Talar. O dar apoyo a la organización de mineros que denunciaron crímenes en dictadura de la empresa Mina El Aguilar. También fue de las primeras mujeres militantes de derechos humanos que reclamo se incluya en los juicios por crímenes de lesa humanidad las denuncias de abusos sexuales y violaciones que hicieron ex detenidas como Hilda Figueroa.

También como militante de derechos humanos acompaño cada lucha obrera y popular que hubo en la provincia, estuvo junto a las oposiciones obreras a las burocracias sindicales, siempre reivindicando al clasismo cordobés y las coordinadoras clasistas del Rodrigazo como expresiones de las más avanzadas experiencias del movimiento obrero y un espejo en el cual mirarse con el objetivo de superar estas experiencias y finalmente vencer.

Nora también fue partidaria de la independencia política de la clase trabajadora y sobre la reconstrucción histórica de la memoria de lucha del pueblo trabajador argentino y jujeño no dudo en decir que la represión contra la vanguardia obrera y estudiantil empezó en el NOA en 1975 con el Operativo Independencia, bajo el gobierno constitucional de Isabel Perón y a nivel nacional en 1974 con la creación de la Triple A, Alianza Anti Comunista Argentina, capitaneada a nivel nacional por el entonces Ministro de Bienestar Social, López Rega, y en la provincia de Jujuy por el senador nacional José Martiarena bajo el gobierno provincial de Carlos Snopek. Años en los que se dieron las intervenciones a los gobiernos de Luis Aredez en Libertador Gral San Martín, Ragone en Salta y Obregon Cano en Córdoba, con el golpe policial conocido como Navarrazo. Por eso era ferviente defensora de las libertades democráticas vulneradas porque sabía porque si se permitían desde el poder político y económico iban a querer limitar todo derecho, pero a la par defendía la independencia política de los trabajadores en relación a los gobiernos patronales.

Apoyó la lucha de los estudiantes y docentes siempre poniendo el cuerpo en protestas en defensa de la educación pública y gratuita, y recomendando la unidad con los trabajadores, y a las luchas obreras también los invitaba a buscar la alianza con estudiantes y el pueblo, porque tenía en el fondo de su pensamiento de acción siempre una reminiscencia con el Cordobazo y Viborazo que vivió de muy joven. Por eso también instaba a las seccionales y delegados combativos y democráticos a impulsar asambleas e imponerles salir a la lucha a las direcciones sindicales burocráticas. De ahí su apoyo a Alejandro Vilca cuando siendo delegado sufrió la expulsión del SEOM o recientemente el apoyo a la seccional recuperada de UATRE 877 en Ledesma, los delegados azucareros del SOEAIL y las docentes de nivel primario de El Hormiguero, que exigen se haga el escrutinio definitivo para que se cumpla con la voluntad de la base docente que por mayoría voto a la lista naranja.

Fue militante feminista y como tal sin prejuicio alguno se pronunció no sólo por el «ni una menos, con vida nos queremos», sino también por el «aborto legal, seguro y gratuito», y «la separación de la iglesia del estado». A su vez, contra toda discriminación y división, también aportó a la organización de gays, lesbianas, travestis y trans en Jujuy, impulsando con Jorge Wierna, también hace unos años fallecido, la organización NOA Diversa, que se destacó en la lucha por los derechos de la diversidad de género durante dos décadas del 2000 al 2020.

Con Nora Ferreyra nos encontramos en muchas luchas y sin duda compartíamos la necesidad de unir a los explotados y oprimidos en la lucha por la emancipación del yugo capitalista e imperialista, batalla más a flor de piel bajo este gobierno nacional pro yanqui de Milei y gobiernos provinciales entreguistas de recursos naturales como Sadir, que esta rifando el litio dejando despojo y contaminación a su paso para las comunidades, y guerras y genocidios, como las que se dan en Ucrania y Palestina que muestran la barbarie a la que nos llevan las tensiones regionales generadas por la disputa inter imperialista por mercados, colonias y zonas de influencia. Por eso desde la militancia del PTS FITU queremos acercar un abrazo fraterno a sus hijos y a todos sus compañeros y compañeras de organismos de derechos humanos, y decir juntos a todos los que reivindicamos como salida el socialismo, una sociedad digna de ser vivida, donde el hombre no sea lobo del hombre: ¡Hasta el socialismo siempre Nora!

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