En días marcados por la volatilidad del dólar y luego de la fuerte suba de tasas del martes, este miércoles las reservas del Banco Central cayeron más de u$s200 millones para tocar mínimos en una semana.
En concreto, las reservas del BCRA cedieron u$s220 millones hasta los u$s40.356 millones, para ubicarse en el valor más bajo desde el 17 de julio. Según explicaron fuentes de la autoridad monetaria, la baja en las reservas se explicó por una disminución en cotizaciones por unos u$s20 millones, a lo que se sumaron «pagos varios chicos».
Esta baja en las reservas se dio en una jornada en la que el dólar minorista operó sin cambios en $1.275 en las pantallas del Banco Nación, luego de alcanzar durante la jornada del lunes los $1.305, su nuevo máximo histórico intradiario. En el mercado informal, el dólar blue se negoció sin variaciones, en $1.310, y se consolidó como la cotización más alta dentro del mercado cambiario.
En el segmento financiero, el contado con liquidación (CCL) ganó 0,7% y se ubicó en $1.267, mientras que el dólar MEP avanzó 0,3%, hasta los $1.264. Por su parte, el tipo de cambio mayorista rebotó dos pesos y se ubicó en $1.258,50.
Mientras tanto, el dólar futuro que pactan inversores cayó con fuerza: el valor para diciembre se desplomó $20, de la mano de una fuerte intervención oficial.
Tensión en el mercado cambiario: dónde posa la lupa en mercado
La tensión en el mercado cambiario y de deuda en pesos continúa, en un contexto donde las tasas elevadas buscan fortalecer el tipo de cambio mientras generan nuevos desafíos. Los analistas coincidieron en que la suba de tasas no responde a un cambio de régimen, sino a una escasez puntual de liquidez, lo que alimenta una fuerte volatilidad y favorece estrategias como el carry trade.
Aunque se observaron movimientos del Banco Central en el mercado de futuros, las autoridades sostienen que el camino elegido implica dejar que el mercado se adapte gradualmente, sin intervenciones directas.
Asimismo, los expertos destacaron que la dinámica de tasas reales altas tiene un objetivo dual: consolidar un tipo de cambio más firme y contener la inflación. Sin embargo, advirtieron que este enfoque conlleva riesgos para el crédito, el financiamiento corporativo y las cuentas fiscales, debido al mayor costo por intereses. Las tasas actuales, si bien efectivas para ganar tiempo, trasladan la presión hacia adelante y obligan a redefinir estrategias de inversión.
Desde el plano operativo, los analistas subrayaron que las oportunidades emergen en los bonos en pesos, especialmente en los de tasa fija, ante la pérdida de atractivo de instrumentos indexados y el desplazamiento de los break-evens. Las posiciones tipo barbell se presentan como la mejor alternativa para enfrentar la volatilidad, combinando plazos cortos y largos en un entorno sin señales claras desde el Gobierno.
Mercado de pesos: tasas récord y ausencia oficial
El otro lado del fenómeno es la presión creciente en el mercado de pesos. Según la sociedad de bolsa Max Capital, la tasa de caución a un día volvió a rozar el 50% y se mantuvo volátil a lo largo de la jornada. A pesar de rumores sobre una posible intervención oficial, el Gobierno negó haber actuado y mantuvo su postura de no intervención.
Para los analistas, esto confirma que el esquema actual busca que el mercado se autorregule. La lógica oficial es clara: no se intervendrá directamente en las tasas, y se dejará que la liquidez se acomode por sí sola.
Este enfoque genera episodios de volatilidad, especialmente entre licitaciones. El Tesoro realiza colocaciones quincenales, y cualquier exceso o falta de pesos en ese período impacta directamente en las tasas.
Hasta la próxima licitación del 31 de julio —donde vencen $11,8 billones— es probable que la volatilidad persista. El mercado se adapta a un régimen más austero, sin asistencia activa del Estado, lo que obliga a reconfigurar estrategias.