El dengue parece estar ausente en las guardias de los hospitales públicos porteños, que en los primeros meses de 2024 fueron epicentro de las escenas más crudas del peor brote de la historia del país. No se ven hoy filas eternas de pacientes con fiebre esperando ser atendidos o testados.
Pero en este verano 2025, no está todo dicho sobre esta infección.
«El virus está viniendo tarde y menos. Pero va llegar«, dice a Clarín Fernán Quirós, ministro de Salud de la Ciudad. El funcionario, que también es médico, da a la vez, un mejor diagnóstico: «Probablemente, va a ser un brote de menor magnitud«.
¿Qué quiere decir que el dengue esté con delay? ¿Por qué azotaría más suavemente? En ambas respuestas, Quirós va a lo literal. Y va a las personas, no al mosquito.
«En 2023, con el dólar tan caro en la Argentina, en noviembre, en diciembre, en enero, venía muchísima gente de países limítrofes, sobre todo brasileños, bolivianos, paraguayos. En noviembre de ese año ya habían empezado los casos, y cuanto antes viene al país el virus, más grave es el brote«, explica.
Entonces, detalla, «tuvimos un brote muy, muy grave, porque va subiendo y subiendo hasta que corta», con los primeros fríos de abril, mayo.
«Este año hay una diferencia muy significativa. Primero, porque no hay turismo receptivo, por lo tanto, en noviembre y diciembre muy poca gente trajo el virus, porque la mayoría fue turismo emisivo. Segundo, los países limítrofes no han tenido un brote significativo.«
El mosquito Aedes aegypti aparece en noviembre y se va en abril-mayo, y el virus está todo el tiempo de reservorio en los países limítrofes.
Paraguay tuvo el 10% de casos que el año pasado, Bolivia el 20% de casos y Perú está en la misma condición. El norte argentino, agrega, «casi no tuvo casos, cuando el año pasado hubo virus todo el año». Eso calma el brote a nivel regional. «La gente trae el virus cuando viaja», explica.
¿Cuándo terminará esa demora y llegaría el azote? «El único país que tiene los mismos casos que el año pasado es Brasil. Y es un punto a considerar para cuando vuelvan todos los turistas argentinos que eligieron ese destino este año», advierte.
En sus términos de «aterrizaje», el virus este verano recién empezó a venir al país a mitad o fin de enero. Febrero será un mes decisivo.
«Imaginemos un brote que va a empezar tardíamente, para la primera quincena de febrero, y que, por lo tanto, al empezar tarde -insiste- y viniendo en menos cantidad, probablemente va a ser de menor magnitud».
Es una previsión, aclara, «veremos, nadie viene a echar la bola de cristal». Quirós siempre suele hacer declaraciones fuertes respecto al dengue. La última fue su aclaración sobre los efectos de una segunda infección por dengue.
«Es una exageración absoluta. Es desproporcionado el nivel de preocupación con lo que es la segunda infección. Verdaderamente, la segunda infección es similar a la primera”, había afirmado a fines de diciembre.
Sea como fuere, el ministro también avisa ahora que la Ciudad tiene todo listo contra el brote. En el marco de un mejoramiento integral del sistema de Salud porteño, como detalló su cartera en un informe de gestión llamado Hitos 2024 al que tuvo acceso Clarín, también se prepararon para el dengue.
¿Cómo se alistó la Ciudad contra un virus que la hizo transpirar hasta abril el año pasado? Antes que nada, con la política pública de «prevención sobre el mosquito» vector, el Aedes aegypti.
Habla de que se hicieron 2.500 intervenciones barriales, con las que se buscó «convencer al ciudadano de que además de saber, tenga disposición para descacharrar su casa, porque está demostrado en los estudios internacionales que cuando vos tenés menos del 3% de los hogares con criaderos, el brote no evoluciona».
Pero también hubo inversión en infraestructura, como los nuevos consultorios febriles en los hospitales Argerich, Tornú, Muñiz, Álvarez, Gutiérrez, Vélez, Santojanni y Durand.
«Montamos unidades específicas de febriles para que la gente vaya al hospital y no esté en la guardia, sino que vaya directamente a atenderse por dengue. También un sistema de telemedicina para quienes tienen dengue leve», describió.
«Cuando aparece un caso, lo más importante es que se haga un buen seguimiento los primeros 7 días, que es cuando baja la fiebre y aparecen las complicaciones, porque la detección precoz de ese cuadro baja la morbilidad prácticamente a cero», enfatizó.
Como el ministro anticipó a Clarín, la próxima semana se anunciará el comienzo de la vacunación gratuita contra el dengue en el grupo de entre 30 y 34 años.
Los cambios en el sistema público porteño
Quirós explicó que la sanidad en la Ciudad viró bajo su gestión hacia una red de cuidados progresivos. Esto quiere decir que se persigue una planificación.
«Qué cosas se atienden en cada barrio, cómo están los CESACs distribuidos como para tener garantía de que en todos lados donde queramos atender ese nivel de complejidad, estamos presentes», marca el ministro.
Así, se refiere a que el sistema público porteño sumó a más de 800 nuevos profesionales que permitieron la formación de 243 equipos familiares de salud.
En cada equipo hay un pediatra, un médico clínico, una enfermera y una promotora de salud, pero también farmacéuticos, bioquímicos, odontólogos, psicólogos y asistentes sociales. Tienen a cargo la cobertura de las familias que estén en unas manzanas específicas de la Ciudad.
En el sistema público porteño se atienden 100 mil personas por día, incluyendo consultas, prácticas médicas y urgencias. ¿Cómo ese cambio hacia cuidados progresivos descomprimiría la atención en los CESACs?
«Queremos que todos los centros tengan la cantidad de profesionales como para que la gente no tenga que ir a buscar un pediatra, un clínico o un psicólogo al hospital. Que solamente lo envíe este clínico o pediatra cuando considera que tiene una complejidad grave«, resalta.
De los 800.000 porteños que viven en la Ciudad y que se atienden sólo en el sistema público, diferencia Quiros, «porque después hay gente que se atiende en el público pero tiene cobertura, y hay gente que se atiende en el público pero vive en el conurbano», 600.000 ya se atienden habitualmente en un CESAC. «Nos quedan nada más que 200.000 que van directo al hospital», marca.
«Prioridad porteña». Bajo ese subtítulo, en el informe se afirma que uno de los objetivos prioritarios es asegurar que «ningún ciudadano de CABA se quede sin acceso a un turno programado». Para una especialidad, responde Quirós, «estamos dando turnos a 30 días, y a los que no consiguen y viven en la ciudad, los llamamos y les asignamos un turno a día 30«.
Además de los CESACs, están los Centros de Especialidades Médicas Ambulatorias de Referencia (CEMAR), que cuando se terminen las obras del CEMAR 3 y el CEMAR 4, formarán una cuadrícula de cuatro partes en la Ciudad. «Ahí se podrán hacer mamografías o estudios de cierta complejidad y habrá más subespecialidades médicas». El cuarto se está levantando en Palermo.
¿Cuánto creció el último año la demanda de atención en el sistema público porteño, cuántos llegaron después de caerse de las prepagas?
«Los datos indican que más o menos un 10% del sistema de prepagas se cayó. La mitad a la seguridad social, porque tenían una obra social y dejaron de triangular. Y la otra mitad se cayó directamente al sistema público, porque no tenían un trabajo formal. De todas maneras, nosotros aumentamos el trabajo del año más que esos números: se incrementaron un 20% las consultas en todo el sistema público, lo mismo las cirugías».
Con la implementación del Plan de Cirugías Programadas, ya en 18 hospitales porteños y con siete más que se sumarán este año, durante 2024 se realizaron un promedio de 1.000 cirugías mensuales más que en 2023. En total, fueron más de 50.000 operaciones. Hubo 4.100 cirugías vespertinas más que en 2023 y se habilitaron también intervenciones programadas sábados, domingos y feriados.
Uno de los hitos más fuertes del repaso que hizo la cartera sanitaria de Ciudad son las 90 obras que se desarrollaron en hospitales porteños durante 2024: 70 ya finalizaron y 20 continuarán en 2025.
¿Qué diferencia hay en aparatología y equipamiento entre los hospitales públicos de la Ciudad y los privados? «Yo diría que hoy el sistema público de salud de la ciudad está absolutamente equiparable con cualquier sistema privado de alto nivel«, cierra Quirós, y pone como faro el Hospital Rivadavia.
En ese mítico hospital público de la Ciudad, donde se remodeló la guardia, hay dos salas de internación de salud mental y está la sala de TPR (parto respetado), también se amplió la capacidad de internación de terapia intensiva e intermedia, hay una nueva planta de quirófanos y se mejoraron instalaciones críticas en el Pabellón Cobo.
AS