- «Hay que seguir hablando», reiteró el volante, que recibió la presión de Bizarrap, Pizzini y Berlanga para seguir en Liniers.
- Riquelme lo llamó en agosto para seducirlo, pero no tuvo eco.
- Ahora el presidente ídolo vuelve a la carga, pero la dirigencia del Fortín buscará retenerlo.