Rodrigo Noya sorprendió a los televidentes de Almorzando con Juana al hablar abiertamente sobre su hipocondría. En diálogo con Juana Viale, explicó que esta condición lo acompaña desde hace varios años. Este trastorno es una afección caracterizada por una gran sensibilidad del sistema nervioso con tristeza habitual y preocupación constante y angustiosa por la salud.
Consultado sobre el origen del problema, reconoció: “No es tan fuerte, pero sí soy hipocondriaco. Me pongo a hablar de algo que me pasó y empiezo a sintomatizar”. Según relató, el primer episodio serio ocurrió en el teatro: “Me empezó como un ataque de pánico feo y me sentí mal. No escuchaba a la gente, escuchaba a mi compañero, respondí por inercia y salía a recostarme. Desde ahí me quedó como una sensibilidad”.
Rodrigo recordó, además, una anécdota con Paula Chaves durante una función en la que estaba indispuesto: “Me dio una pastillita para la panza. Cuando estoy por salir a escena me dice: ‘Me equivoqué, te di un clonazepam’. En mi cabeza ya me estaba durmiendo. Me acerqué a Marcela Kloosterboer y le dije: ‘Mirá que me voy a dormir en escena’. Y somaticé en serio”.
Según contó, la situación fue parte de una broma de sus compañeros para ver si realmente somatizaba. “No me había dado la pastilla, pero querían ver mi reacción. Me dormía en escena, se me cerraban los ojos. Y sí, te lo juro que me pasó. Es muy loco”, aseguró.
RODRIGO NOYA Y SU HIPOCONDRÍA
La hipocondría también le jugó en contra en situaciones médicas reales. “Me operé de la vista y me daba más miedo que me pincharan para el suero que la operación en sí. Dura tres minutos y salís caminando, pero yo ya estaba preocupado mucho antes”, comentó Rodrigo.
Con el tiempo, dice, su sensibilidad ha aumentado. “De más grande me he vuelto más sensible. Te da como más cositas. Pero trato de sobrellevarlo con humor y aprendiendo a convivir con esto”, concluyó Noya.